Que
cantidad de escozor y prurito ha causado el artículo que en esta misma columna
publiqué y en el que hago referencia al busto que al Sr. Omar Suárez quien en
vida represento al payaso “Pepillín”.
En
este mismo rotativo apareció un artículo comentando al respecto. En el había
verdades y verdades a medias que a la postre resultan en mentiras.
Se
comento la manera mordaz como mi artículo fue redactado. Cierto, la situación
lo ameritaba, a los afectados por el lenguaje usado, mis disculpas.
Se
dijo que el pueblo con su nutrida asistencia aprobó la puesta del busto
mencionado. Esta es una verdad a medias
pues el pueblo asiste a cualquier tipo de eventos gratuitos donde halla
espectáculos, que por cierto me comentaron que fueron muy buenos. Pero en
realidad acuden a la revelación del busto a Pepillín como asistirían al del
panucho, siempre y cuando sea gratis.
No
ahondare mas en el debate de que si es propio o no poner el busto de Pepillín
en el pueblo. En ves de ello comentaré de los que siendo de Kanasin o estando
radicados en este pueblo han dado a él rizas y carcajadas en tales cantidades
como para ponerles un monumento, todos ellos tienen algo en común: son payasos.
Su publico son los niños y sin embargo gustan también a los mayores.
Hace
muchos años arribo a este poblado, acompañando al kanasinensisimo circo
“Latino” del Sr. José Herrera, alias “Chela” un payaso que a la postre se quedo
a vivir con nosotros, se hacia llamar “Remato”, su nombre Fernando (no me sé su
apellido), sus rutinas eran maravillosamente alegres. Desafortunadamente para
los que disfrutamos de los payasos, dejo esta actividad para dedicarse a otra
cosa.
Actualmente
un payasito de nombre “bambi” ofrece en fiestas de niños una alegría que
contagia tanto a niños como adultos. Sus presentaciones están salpicadas de
sanas bromas, él es en vida tal vez el mejor payaso que tenemos, titulo
discutido por otro magnífico payaso: Rubén Herrera quien da vida al payaso
“Chispas”.. Los espectáculos que ofrece “Chispas” son muy divertidos y muy
energéticos por la dinámica que lleva y que conlleva a involucrar a niños y
adultos por igual.
Por
último mencionaré a uno que además de haber sido un magnifico payaso fue un
gran amigo, me refiero al gran Daniel Herrera “Tomate”.
Tomate,
fue hijo único barón de una familia de artistas de la carpa, sus padres José
Herrera alias “Chela” (algunos le apodábamos el suegro) y Dña Lucha le inculcaron desde pequeño el
amor a las tablas. De niño “tomatito” hasta convertirse en “Tomate”, su nombre
nació como natural conclusión al observar su vivaz cara redonda y roja,
exactamente como un jugoso y enorme tomate.
Propietario
de un natural don para hacer reír, durante 40 años “Tomate” nos alegro con sus
ocurrencias e improvisaciones donde irreverentemente involucraba al público
presente, su compañera de rutina era su rubia hermana Lourdes o la morena
Elvira y en ocasiones Lucha. Por cierto las tres con cuerpazos capaz de detener el tráfico.
Hace
un año el gran “Tomate” dejo de hacernos reír, se fue, pero mientras alguien lo
extrañe y lo recuerde no se ira del todo. Descanse en paz el gran Daniel,
Dániel, Danilo, “Tomate”.
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Pedro E. Gorocica Orozco
Kanasin, Yuc. 4 de
septiembre del 2001