Si un lugar del mundo
atesora a la gente mas extraña este es Kanasin. En este hermoso pedazo de
tierra , me parece que único, se rinden
honores de héroe a personalidades tan disímbolas como aquel que se presumía
detentaba el apéndice viril mas ostentoso del municipio. Chicos y chicas,
grandes (y grandas diría FOX) comentaban, de manera grandilocuente unos,
jocosamente otros, con envidia los mas, el peculiar y colosal atributo físico de este señor: su nombre Don
Mercedes Carolino Herrera; no se si por respeto o por temor, a lo obvio, le
decían Don “Mechcarol”.
Con que entusiasmo se
hablaba del tope de la 21 y de que cuando este buen señor entrego su alma al
creador se usaron dos catafalcos, uno grande y el otro enorme, el grande era
para él.
A este señor le sobreviven
sus 6 hijos, 4 de ellos varones y presumidos de su particular herencia.
Pero este señor no es el
único con este don particular, frente al parque, a las 0300 dirían los militares,
se yergue majestuoso el monolito vivo mas significativo del municipio.
A él le adjudican dones
curativos para males diversos, tanto de afecciones intestinales y problemas
peristálticos, como de demeritamientos visuales.
No sé de ningún lugar del mundo
donde se hable de persona alguna en los términos en que se hace en Kanasin. Y
con la naturalidad con que se hace referencia a estos atributos. Niño come tu
sopa o te llevo con don Mech. Ante esta amenaza el infante se apura a deglutir
su sopa con tal entereza que hasta el dibujito del plato se come. No es para
menos.
En fin el tema de hoy ha
sido pequeño en su tratamiento pero enorme en sus alcances, ¿o no?.
Pedro
E. Gorocica Orozco
kanasinero@yahoo.com
Kanasin,
Yuc. 16 de mayo del 2001